Pérdida Auditiva Relacionada con la Edad: Qué Esperar | UCSF EARS
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Pérdida Auditiva Relacionada con la Edad: Qué Esperar

Comprender la presbiacusia —los cambios naturales en la audición que vienen con la edad, cuándo son preocupantes y cómo mantenerse conectado con lo que más importa.

Se da cuenta de que está leyendo los labios más de lo que solía hacerlo. El ruido de fondo hace que las conversaciones sean agotadoras. Su familia bromea sobre el volumen del televisor, pero usted realmente necesita que esté así de alto. Si tiene más de 50 años, estos cambios pueden resultar frustrantes, pero también son extremadamente comunes. Alrededor de uno de cada tres adultos mayores de 65 años presenta algún grado de pérdida auditiva relacionada con la edad, y esa cifra aumenta con cada década. Aquí le explicamos qué está ocurriendo y qué puede hacer al respecto.

Qué Está Pasando en Sus Oídos

La presbiacusia —el término médico para la pérdida auditiva relacionada con la edad— aparece de forma gradual a medida que las delicadas estructuras del oído interno cambian con el tiempo. Las diminutas células ciliadas que traducen las vibraciones sonoras en señales eléctricas que su cerebro entiende se desgastan de manera natural con la edad. El flujo sanguíneo hacia el oído interno disminuye. Las vías nerviosas que llevan las señales sonoras al cerebro se vuelven menos eficientes. Esto no son signos de enfermedad: forman parte del envejecimiento, como los cambios en la visión o en las articulaciones.

La pérdida auditiva relacionada con la edad suele afectar por igual a ambos oídos y progresa lentamente durante años o décadas. Los sonidos agudos suelen ser los primeros en perderse, lo que crea un patrón específico: puede oír que alguien está hablando, pero no logra entender bien lo que dice. Esto ocurre porque los sonidos consonánticos como “s”, “f”, “th” y “sh” son sonidos de alta frecuencia y son los que hacen que el habla sea inteligible. Cuando se debilitan, el habla suena apagada o como si estuviera murmurando.

La progresión típica: La mayoría de las personas nota primero dificultad en entornos ruidosos: restaurantes, reuniones familiares, lugares donde hay varias conversaciones a la vez. Las conversaciones tranquilas cara a cara se mantienen manejables durante más tiempo. Las voces más agudas de mujeres y niños se vuelven más difíciles de entender que las voces más graves de los hombres. Es posible que termine exhausto después de los eventos sociales por el esfuerzo que supone forzarse a oír.

Qué Es Normal y Qué Requiere Atención

Los cambios auditivos relacionados con la edad son frecuentes, pero no toda pérdida auditiva en adultos mayores es “solo por la edad”. Estas son algunas situaciones en las que conviene buscar una evaluación antes que después:

  • Cambios repentinos en la audición, especialmente en un solo oído, requieren atención médica inmediata
  • Pérdida auditiva con mareos, vértigo o problemas de equilibrio sugiere algo más allá del envejecimiento normal
  • Diferencia significativa entre sus dos oídos amerita investigación para descartar otras causas
  • Acúfenos (zumbido o pitido) nuevos, persistentes o solo en un oído
  • Pérdida auditiva que progresa rápidamente —cambios notables en semanas o meses en lugar de años

Aun cuando la pérdida auditiva parezca gradual y simétrica, no existe un “momento correcto” para esperar antes de buscar ayuda. El enfoque de “esperar y ver” a menudo significa perder años de comunicación clara. Las investigaciones muestran que las personas esperan en promedio siete años entre notar la pérdida auditiva y buscar ayuda, y durante esos años, las relaciones con sus seres queridos suelen deteriorarse innecesariamente.

Su Cerebro Se Beneficia de una Intervención Temprana

Cuando no oye con claridad, su cerebro recibe menos estimulación sonora. Con el tiempo, puede “olvidar” cómo procesar ciertos sonidos, un fenómeno llamado privación auditiva. Abordar la pérdida auditiva antes, mientras su cerebro todavía procesa activamente todo el rango de sonidos, suele conducir a una mejor adaptación a los audífonos y a una mejor comprensión del habla. Piense en ello como mantener en forma las habilidades auditivas de su cerebro mediante práctica regular.

Cómo Afecta la Pérdida Auditiva Relacionada con la Edad a la Vida Diaria

Más allá del reto evidente de no oír bien, la presbiacusia tiene efectos en cadena que muchas personas no anticipan:

El aislamiento social es común. Cuando las conversaciones exigen una concentración intensa y le preocupa entender mal lo que se dice, es muy tentador dejar de asistir a eventos sociales. Con el tiempo, este aislamiento puede afectar el estado de ánimo y la salud mental. Las investigaciones relacionan la pérdida auditiva no tratada con tasas más altas de depresión, ansiedad y soledad en adultos mayores.

La carga cognitiva aumenta de forma notable. Su cerebro trabaja mucho más para rellenar los huecos de lo que escucha, lo que resulta realmente agotador. Esa fatiga mental es real; no se la está imaginando. Muchas personas con pérdida auditiva no tratada describen sentirse exhaustas después de conversaciones o reuniones sociales.

Pueden surgir problemas de seguridad. Podría no oír detectores de humo, bocinas de autos, vehículos que se acercan o a alguien pidiendo ayuda. Algunas personas con pérdida auditiva se vuelven hipervigilantes, supervisando constantemente el entorno en busca de señales visuales que puedan estar perdiéndose auditivamente.

La tensión en las relaciones es quizá la consecuencia más dolorosa. Los cónyuges y familiares pueden frustrarse por los malentendidos constantes. Puede que lo acusen de tener “oído selectivo” o de no prestar atención cuando en realidad está luchando por oír. Estas tensiones suelen ser lo que finalmente motiva a las personas a buscar ayuda.

Qué Puede Hacer al Respecto

La pérdida auditiva relacionada con la edad no puede revertirse, pero sí puede manejarse. Los audífonos ayudan a la gran mayoría de las personas con presbiacusia a oír con más claridad, reducir el esfuerzo de escucha y mantenerse conectadas con las conversaciones y actividades que valoran.

Cuándo considerar audífonos: No existe un umbral específico a partir del cual “califique” para audífonos. Si la pérdida auditiva está afectando su calidad de vida —haciéndole evitar situaciones sociales, generando tensión en sus relaciones, haciendo que se pierda información importante o dejándole exhausto por el esfuerzo de escuchar—, eso es motivo suficiente para explorar opciones.

Los audífonos modernos no se parecen en nada a los dispositivos voluminosos y silbantes de hace décadas. Los audífonos actuales son pequeños, discretos y tecnológicamente avanzados, y pueden programarse con precisión según su patrón específico de pérdida auditiva. Muchos se conectan de forma inalámbrica a teléfonos, televisores y otros dispositivos. Algunos utilizan inteligencia artificial para ajustarse automáticamente a distintos entornos sonoros.

Más allá de los audífonos: Las estrategias de comunicación también importan. Mirar a las personas cuando hablan, reducir el ruido de fondo cuando sea posible, pedir a los demás que llamen su atención antes de hablar y expresar claramente sus necesidades ayuda mucho. Estas estrategias funcionan junto con los audífonos, no en lugar de ellos.

La Trampa de “Esperar a Ver”

Mucha gente se convence de que esperará hasta que su audición esté “lo suficientemente mal” para usar audífonos. ¿El problema? No hay un umbral mágico, y esperar suele significar perder años de conexión. Las investigaciones sugieren que una intervención más temprana —usar audífonos cuando la pérdida auditiva es leve o moderada en lugar de esperar a que sea grave— conduce a mejores resultados. Su cerebro se mantiene más entrenado para procesar el sonido, sus relaciones sufren menos tensión y usted conserva mejor sus conexiones sociales.

Preguntas Frecuentes

¿Hay algo que pueda hacer para frenar la pérdida auditiva relacionada con la edad?

Si bien no se puede detener el envejecimiento, sí puede proteger la audición que conserva. Evite la exposición a ruidos fuertes sin protección (use tapones en conciertos, al cortar el césped o utilizar herramientas eléctricas). Cuide la salud cardiovascular: lo que es bueno para el corazón es bueno para los oídos, porque el flujo sanguíneo importa. No fume, ya que fumar acelera la pérdida auditiva. Algunas investigaciones sugieren que mantenerse social y cognitivamente activo podría ayudar, aunque se necesita más estudio.

¿Los audífonos empeorarán mi pérdida auditiva o harán que mis oídos se “vuelvan flojos”?

No. Este es un mito frecuente que impide que las personas reciban la ayuda que necesitan. Los audífonos no dañan sus oídos ni debilitan su audición. De hecho, puede ocurrir lo contrario: usar audífonos mantiene su sistema auditivo activo y comprometido, lo que puede ayudar al cerebro a conservar su capacidad de procesar el sonido. No usar audífonos cuando los necesita es más probable que lleve a la privación auditiva.

Mi pareja dice que necesito audífonos, pero yo no creo que mi audición esté tan mal. ¿Cómo saber quién tiene razón?

Esta situación es muy común. A menudo, la pérdida auditiva progresa tan gradualmente que uno no nota sus propias adaptaciones: leer los labios, evitar lugares ruidosos, subir el volumen del televisor. Las personas a su alrededor perciben estos cambios con más claridad. Hacerse una prueba de audición aporta información objetiva. Puede que los resultados le sorprendan. Incluso si aún no se siente “preparado” para usar audífonos, disponer de un audiograma de referencia resulta valioso para seguir los cambios con el tiempo.

¿Qué tan rápido suele progresar la pérdida auditiva relacionada con la edad?

Varía mucho de una persona a otra. En la mayoría de las personas, la presbiacusia progresa de manera gradual durante muchos años o incluso décadas. Algunas personas notan que su audición se mantiene estable durante años, y luego tienen un período de disminución más notoria. La genética, la exposición al ruido, la salud general y otros factores influyen en la velocidad de progresión. Las pruebas auditivas periódicas (cada 1–3 años cuando tiene más de 50 años o ha notado cambios) ayudan a controlar la evolución.

En Resumen

La pérdida auditiva relacionada con la edad es común, pero vivir con un constante “¿qué?” y conjeturas no tiene por qué ser su nueva normalidad. Cuando los cambios en la audición no se abordan, pueden afectar el estado de ánimo, la memoria, la seguridad y las relaciones. Cuando los toma en serio desde el principio, le da a su cerebro y a sus vínculos la mejor oportunidad de prosperar.

Si está notando señales —subir el volumen del televisor, tener dificultades en los restaurantes, perder partes de las conversaciones— eso ya es razón suficiente para hacerse revisar. No necesita esperar hasta que sienta que su audición está “lo suficientemente mal”. Las pruebas y el tratamiento más tempranos suelen traducirse en una adaptación más sencilla y mejores resultados con los audífonos y las estrategias de comunicación.

Considere el cuidado de la audición como una inversión para seguir participando en las actividades y con las personas que le importan. Una simple prueba de audición puede darle claridad, un plan y opciones, de modo que no solo envejezca con pérdida auditiva, sino que lo haga con apoyo, confianza y conexión.

Próximos Pasos: Hágase una Prueba de Audición de Referencia

Si está notando cambios auditivos relacionados con la edad, una prueba de audición de referencia es un excelente primer paso. Le da una idea clara de cómo está hoy y ayuda a usted y a su equipo de atención a seguir los cambios con el tiempo.